martes, 26 de octubre de 2010

"C" de conejo y "Z" de zanahoria * Pastel de zanahoria (Carrot cake)

De boca de mi adorada madre, me he enterado que el primer libro que tuve entre mis manos fue "La familia Conejola" del uruguayo Constancio C. Vigil. Esto sería cuando yo tenía unos dos años de edad.

Entre risas, ella me comenta que mi nobel experiencia en el lenguaje hablado me dejaba repetir alguna de las palabras que ella me leía de manera realmente peculiar: "mechuga", en lugar de "lechuga"; "zanahoya", en vez de "zanahoria"; y así por el estilo.

Ahora no sé que fué de aquel libro, se perdió en las brumas del tiempo -aunque, con mayor seguridad, entre tantas mudanzas-. Lo que no se perdió fué la huella indeleble que aquél libro dejó en mí. Desde ese momento, los libros y yo firmamos un pacto de amistad eterna.

Sé que el autor del referido título fué un pionero de la literatura infantil, el uruguayo Constancio C. Vigil, dedicó muchas de sus creaciones a este público, aunque el grueso de su creación tuvo lugar en Argentina.

Hoy, los niños conocen nuevos lenguajes, pueden comunicarse a mayor velocidad y por ende los libros han experimentado cambios acordes a los nuevos tiempos. Tema interesante sin duda, digno de ser tratado con mayor profundidad en una futura entrada.

Lo que sí es importante no olvidar ahora, es que quien se vuelve lector desde pequeño, con seguridad lo seguirá siendo de mayor.

Y si hablamos de conejos y libros infantiles, habrá que remitirse a las zanahorias y a las ilustraciones sobre el texto.

Sea pues, cocinemos algo para los pequeños y grandes lectores. Para los primeros: para que, sin saberlo coman vegetales en el postre; y para los segundos: para viajar a ese maravilloso territorio llamado infancia.

Para ambos: Pastel de zanahoria.



Pastel de zanahoria (un pastel para 12 porciones o 20 panquecitos)


¾ taza (85 g) de nueces tostadas y picadas grueso 335 g de zanahorias, cortadas en rebanadas de centímetro y medio 1 ¼ de taza (170 g) de harina de trigo 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio 2 cucharaditas de sal 1 cucharadita de canela molida ½ cucharadita de nuez moscada recién molida 2 huevos 1 1/3 tazas de azúcar mascabado ½ taza de leche ½ taza de de mantequilla sin sal, derretida y a temperatura ambiente ½ taza de pasas de uva 1 taza de piña en almíbar, picada 1 cucharada de jengibre fresco rallado Papel encerado o 20 capacillos de papel glasine (pilotines)


Betunes de queso y de naranja
*220 g
de queso crema, a temperatura ambiente *4 cucharadas de mantequilla, a temperatura ambiente *1 ½ tazas ( 170 g) de azúcar glass (lustre, impalpable) *¾ de cucharadita de extracto de vainilla *1 vaina de vainilla *1 naranja, la ralladura y *¼ de taza de jugo Unas gotas de colorante comestible anaranjado (opcional)


De salto en salto se hace así:
Pon a calentar un litro de agua, cuando empiece a hervir agrega las rebanadas de zanahoria.
Déjalas cocer unos 15 minutos. Déjalas enfriar. Pásalas por el procesador de alimentos, no deben quedar muy molidas.

Precalienta el horno a 180° C (350° F). Engrasa un molde cuadrado y cubre el fondo con papel encerado o pergamino. Si vas a hacer la versión de panquecitos, acomoda los capacillos en la charola especial.

Cierne la harina junto con el bicarbonato, el polvo para hornear, sal, canela y nuez moscada y reserva.



Bate los huevos junto con el azúcar morena, integra bien.

Agrega la leche y la mantequilla.



Ahora, añade los ingredientes que cerniste, las zanahorias procesadas, el coco rallado, la piña y el jengibre, mezcla bien. Finalmente añade las nueces y las pasas, mezcla con una pala de madera o una espátula de goma, es importante que no batas demasiado pues el pan podría quedar duro.






Vacía la masa en el molde preparado, si haces los panquecitos te aconsejo que te ayudes con una cuchara para servir helado y así las porciones sean exactas. Hornea de 50 a 55 minutos, debe estar ligeramente dorado y cuando introduzcas un palillo en el centro éste debe salir limpio, si haces panquecitos, revísalos a los 40 minutos. Saca del horno y deja enfriar sobre una rejilla.




Cuando esté totalmente frío, desmolda y retira el papel encerado, este paso no es necesario para los panquecitos.




Finalmente cubre el pastel o los panquecitos con los betunes.
En este caso intercalé los dos sabores de betún en el pastel grande y para los panquecitos, puse en una manga con duya los dos betunes.


Para preparar los betunes:
Cierne el azúcar glass, agrega la mantequilla y el queso crema, que deberán estar a temperatura ambiente. Mezcla bien.






Divide esta mezcla en dos. A una de ellas agrégale el extracto de vainilla y las semillas de la vaina, reserva. A la otra mitad añádele la ralladura, el jugo de naranja y el colorante comestible. Decora al gusto.












¡Me encanta cómo se asoman las semilla de la vainilla y la ralladura de naranja!









Satisfecha la vista, porque la verdad me encantó la combinación de colores, hay que pasar al siguiente nivel: satisfacer al gusto ¡Una rebanada de pastel de zanahoria con betún de vainilla y naranja!




¡Grandes trozos de piña!

Este pastel queda ligero y húmedo, por no decir que también ¡delicioso! La casa se llena del aroma de la zanahoria.

Aunque con éste último detalle, tener mucho cuidado, pues visitas inesperadas y especialistas en zanahorias pueden llegar.








¿Conejos ladrones? Pero... ¿qué es eso detrás de la charola?


¡Ah, dulces y una nota!


Una ofrenda de paz, se ha llevado mis panquecitos pero me ha dejado dulces y una linda nota, con firma y todo.
¡Pero el bribón ha regresado!


Al final, al menos me quedé con la nota...